Durante cuatro horas, dos accesos a la ciudad estuvieron cortados: el puente Ingeniero Barros, en Alderetes, y la intersección de las avenidas Belgrano y Ejército del Norte. Medio centenar de carros tirados por caballos impidieron el paso de los vehículos. La protesta se debió al comienzo del operativo “Basurales cero”, implementado por la Municipalidad capitalina. Fueron secuestrados seis carros de tracción a sangre y se impuso una multa de $ 1.500 a cada propietario.
“Es un operativo que vino para quedarse y se va a profundizar. La Municipalidad fijó una política de basurales cero, que es una problemática de larga data, de múltiples causas, y lo único que quiere es hacer cumplir la normativa. Sólo queremos recuperar la institucionalidad, porque entendemos que cumpliendo la normativa es como la sociedad va a mejorar su calidad de vida”, sostuvo el secretario de Gobierno municipal, Walter Berarducci.
Si bien el funcionario reconoció que los carreros no son el origen de los basurales, afirmó que son parte de la problemática. “El operativo se va a ir extendiendo a los vecinos que contratan los carritos para que se lleven la basura y a los comerciantes que hagan lo mismo. A los particulares que contradigan la norma se les aplicarán sanciones que van desde los $ 1.500; y a los comercios, restaurantes y drugstores se les clausurará el local”, advirtió.
Los exceptuados
Berarducci aclaró a LA GACETA que no todos los carreros serán sancionados, sino únicamente los que trasladan basura. “A los que fueron encontrados transportando residuos en la vía pública se les secuestró el carro y se labró un acta. Pero se les entregó el animal. Hay otros carreros que hacen fletes, que llevan arena, ladrillos... O que venden verdura, a ellos no; se los deja trabajar”, precisó. “Esto no es contra todos sino sólo contra los que están infringiendo las normativas. No pueden alegar que están trabajando porque no se trabaja en la ilegalidad, esto es un ilícito”, remarcó.
Berarducci señaló que en una segunda etapa se hará lo propio con los comerciantes que entreguen residuos a los carros. “El comercio tiene que empadronarse y tener una relación individual con la prestataria del servicio, no dar la basura a un carro para obviar y ahorrarse unos pesos”, afirmó.
El funcionario señaló que el operativo comenzará en las cuatro avenidas pero que se extenderá a toda la ciudad. “El vecino tiene que involucrarse, colaborar con el traslado y disposición de los residuos”, dijo. Señaló que el escombro puede dejarse en los contenedores de la empresa prestataria o en los corralones donde se compra el material.
“¡De eso vivimos!”
“¡Ni siquiera saben lo que es basura para nosotros!”, reclamó Francisco Garlatti, con impotencia. “Creen que la lata es residuo, y para nosotros es dinero, porque la juntamos para venderla. ¡De eso vivimos!”, gritó con el rostro sudado y negro por el hollín de las gomas humeantes. “Quieren que no trabajemos dentro de las cuatro avenida, pero ¿por dónde vamos a andar si es de ahí donde nos llaman?”, preguntó Hilda Ferreyra. “Somos 3.000 familias que vivimos de esto y nos quieren sacar la única fuente que nos da de comer”, protestó Juan Britos, que tiene ocho hijos. “Ya nos quisieron cambiar los carros en el gobierno anterior. Dieron solamente siete motos, pero muchos no sabían leer ni escribir y no pudieron sacar el carnet de manejo. ¡Nosotros queremos una solución, no más problemas”, pidió.
“No nos corresponde intervenir”
El hilo se corta por lo más fino
Magena Valentié / LA GACETA
El operativo “Basurales cero” es un proyecto largamente esperado por los vecinos. Pero es un despropósito que comience de la peor manera, castigando a los que son víctimas del sistema. ¿A quién le corresponde resolver el problema de la basura en Tucumán? Y en todo caso, ¿por qué la multa de $ 1.500 no la abona el vecino que paga para que le tiren la basura a otro vecino? Es más fácil quitarle al pobre su herramienta de trabajo. El hilo se vuelve a cortar por lo más fino y además frustra el plan de terminar con el problema de la basura.
Los residuos mueven mucha plata. Habría que exigir un mejor servicio de recolección.